El aislamiento que el Sur de Tenerife sufrió ha condicionado su desarrollo y progreso. El estudio, abordado en este libro, sobre las vías de comunicación terrestre de Arona con sus múltiples deficiencias, saca a la luz una dura realidad, en la que la mano del sureño debió empeñarse, día tras día, en abrir nuevas rutas, y, con ellas, nuevos horizontes, ya fueran económicos, culturales, etc.
La llegada a Arona de la Carretera General del Sur, pasando por la que unía el pueblo con el puerto de Los Cristianos y con una amplia red de pistas, supone un hito en el fin del aislamiento, roto definitivamente con la construcción de la Autovía y posterior Autopista TF-1.