En el oeste de Gran Canaria,entre barrancos, laderas y altos riscos, se dibujan desde tiempos inmemoriales ganados con su pastor junto a su perro, garrote y zurrón, una figura conocedora de un mundo de saberes; y abajo, en los valles , domina el paisaje el labrador que cultiva la tierra, atiende un ganado de corral o estabulado vacuno, como el de su yunta de vacas que aportaba leche y fuerza motriz para el laboreo.