En esta nueva obra Nelson Díaz Frías aborda la historia del municipio de Arona desde un enfoque totalmente novedoso, cual es el estudio del pasado aronero a través de un riguroso análisis de sus nombres de lugar. En una geografía tan transformada como la de Arona, la obra La toponimia tradicional del municipio de Arona adquiere un especial valor, pues en ella el lector encontrará el origen y el porqué de más de 600 topónimos aroneros: desde aquellos que tienen su origen en la lengua guanche y que son bien conocidos (Arona, Chayofa, Vento) hasta otros que ya han desaparecido de la tradición oral (Chifarache, Tacofate, Tamanana) o que se repiten en otros lugares de la geografía insular (Achacay, Arafo, Chipudes); topónimos alusivos al mundo aborigen (Asomada de los Eres, El Bailadero, Horca de los Guanches, El Tagoro); a la conquista castellana (Los Cristianos, La Cruz del Guanche, Los Mogotes): a los alzados guanches (Llano del Rey, Los Parlamentos); a oficios ya desaparecidos (El Cabuquero, Los Caleros, Las Loceras); a elementos vegetales que ya no existen en la geografía aronera (El Almácigo, El Pino, La Sabinita): a los grupos humanos que se han asentado en el territorio a lo largo de su historia (Casas de La Canaria, El Castellano, Cueva del Negro, Rozas del Guanche); a los peligros de piratas y corsarios (Asomada del Morisco, Callao del Inglés, La Centinela); a la nobleza terrateniente (Charco del Marqués, Barranco del Coronel, Granero del Conde); a la élite agraria sureña (Callao de don Jerónimo Feo, Montaña de Frias, Lomo de los Medina); a la emigración a América (Cercado del Indiano Bernardo) así Como otros muchos, algunos francamente llamativos (El Camisón, Paredón de las Animas, Piedra de los Valientes, El Secuestro, Surgidero del Cagado, La Tierra Que Suena.
