Las fronteras, aunque aparezcan finas lineas, lo pueblan todo: la amistad, la identidad, el amor, los crímenes. Omar Pimienta sirve un té con cada historia, a veces para pasar el mal trago, a veces para aplacar la sed -que da el desierto-, otras para celebrar. En México, Estados Unidos y España se escucha la cucharilla contra la taza, una mano que remueve como quien toca una campana para avisarnos, para que huyamos o para que afrontemos lo que es inveviltable.