Este libro no habla sólo de la búsqueda del placer, sino que además desarrolla otros valores: la fusión con otra persona en un acto de consciencia, la armonía entre cuerpo y mente, así como el despertar espiritual. La sexualidad mística conduce a un conocimiento de la persona que pocas (o ninguna) otra práctica puede lograr. En este conocimiento se aprende a amarse a uno mismo y por tanto a amar, ya que si la persona no se ama difícilmente podrá amar. De esta forma aprendemos que el acto sexual se transforma en un acto espiritual. En realidad, Sexualidad mística es una guía sobre creatividad y sobre cómo manejar positivamente la energía vital.