Los textos que construyen Omnívoro son definidos por el autor como un paseo por las inquietudes. Es tomar aire y sumergirse en la vida de cualquiera, de todos. Es la maravillosa mediocridad. Es la ironía y también aquello que nos provoca ansiedad. Es la pesadilla, el sueño, un mal sabor al despertar. Crucemos los dedos para que no sea la predicción de un oráculo que nos lleva al callejón oscuro del que no se puede escapar.