Los poemas que componen Maldita gloria son, en palabras de su autora, los escritos de una maldita colgada del árbol de los deseos terrenales que, de una manera confusa y lúcida, no se conforma con declararse humana ante su instinto poético. Con sus versos, Oliva invita a los lectores a acercarse a todas las Marías. Serás la santa perra, la del linaje de los trapos de piletas y los manteles de hule. La que prestará su vientre, perderá su silueta y se convertirá en la esclava de un señor Serás otra maldita.