Cualquiera que no haya vivido en una cueva en los tres últimos años habrá observado cómo han venido reproduciéndose las teorías de la conspiración y los alternative facts en el mundo occidental. Síntoma de unas sociedades cada vez más desnortadas y necesitadas de referentes de todo orden, La puerta del fin del mundo constituye un ajustado reflejo de nuestro presente. En él acompañamos a un extravagante grupo de aventureros que se lanza a demostrar la planicie de la Tierra y, con ello, exponer las mentiras con las que, a su juicio, nos controlan los gobiernos. En su breve extensión, combina el drama humano en todo su patetismo y mediocridad con el impulso de la gran aventura y la fascinación por el descubrimiento de lugares inexplorados, de una belleza y majestuosidad sublimes. Personajes antiheroicos, parodia, absurdo, experimentación formal y diálogo con la historia y la literatura se dan la mano en una obra que se alinea con toda una tradición en la ficción insólita: la de las expediciones a la Antártida, fuente de un poderoso sense of wonder. Bruno Puelles nos da, además, la oportunidad de vivir la odisea