Serpientes marinas gigantes, pulpos con masas calculadas en toneladas, misteriosos marsupiales, hombres de Neandertal y otros homínidos salvajes, perezosos gigantes, monstruos acuáticos, brontosaurios, pterosaurios, mamuts... Un cajón de sastre borgiano donde cabe todo tipo de bichos raros. En 1986, Bernard Heuvelmans, el inventor del término criptozoología («estudio de los animales ocultos») puso un poco de orden en el mundo de esos seres «escondidos» y redactó una lista que sigue creciendo en la que incluyó a todos los anteriores más otros como el el chupacabras, el monstruo del Lago Ness y el abominable hombre de las nieves. Desde luego, nunca tendremos una buena fotografía de ninguno de ellos. Como siempre, las fotos saldrán borrosas por culpa de la humedad de las lentes, o al fotógrafo se le caerá la cámara en medio de un río lleno de hipopótamos, o se la robará un travieso monito...
«La vida está llena de creencias cuya única base sólida es la superchería, la fe o el saber oral. Creencias tan arraigadas que se asumen como verdaderas cuando no son más que timos. Pero si la gente se pusiera a pensar o a reflexionar sobre aquello que cree como cierto, descubriría que está en un error. Ésos son los objetivos de esta colección, ¡Vaya timo!, a cargo de especialistas en cada una de las disciplinas. Una manera de denunciar y desenmascarar algunos hechos que tergiversan la realidad y desinforman a la gente. Y una invitación a reflexionar» (Babelia, El País)