1. Las carreras
2. Un fracaso
3. La bicicleta
4. Exploraciones peligrosas
5. ¿Quién sería?
6. Los juegos del abuelo
7. La persecución
8. El Pampinoplas
9. Antiguos amigos
10. El traslado
11. ¡Por fin una fiesta!
12. Don Felipito
13. Las visitas
14. ¡Hasta pronto!
He aquí un libro para espíritus libres, escrito por un espectro solitario, según propia confesión retrospectiva. Al contrario de Kant, Nietzsche no encontró a nadie que lo despertase de su sueño dogmático. Tuvo que hacerlo a solas, en años de peregrinaje, tras su separación de Basilea... y de las románticas sombras protectoras de su juventud. Schopenhauer y su duplicación del mundo como Uno primordial y como ordenados fenómenos de la representación, Wagner y su pomposa secuela: la metafísica de artista: qué lejos queda ahora toda esa brillante hojarasca, barrida por el viento implacable de la crítica de la cultura, allí donde el hombre, con su doble cámara cerebral, la científica y la artística, aprende a desmontar despiadadamente todos los errores (y horrores) que constituyen nuestra historia, humana, demasiado humana. Aquí se hallan las raíces de una psicóloga destructiva, ab inferiori: las raíces de la genealogía y la hermenéutica nietzscheana. El doloroso pero necesario comienzo de toda filosofía de la sospecha. Pocas veces ha brillado tan alto el temple espiritual del pensador que se enfrentó a su propia época, y a sí mismo, orgulloso y feliz, cual Sísifo, de soportar todo el peso del pasado. Humano, demasiado humano, primera manifestación de la gran enfermedad. Una enfermedad que libera de toda presunta -y presuntuosa- salud espiritual.