DESDE EL BARRO DE LOS RECUERDOS no es una obra literaria para ser aparcada como un libro más en uno de los tantos tramos de nuestra biblioteca personal; sino que más bien, lo es para ser leída con calma, meditarle luego, y sacar de toda ella buenos dividendos.
A lo largo de sus páginas, el autor se vale de cada uno de los relatos que la componen, para hablarnos de esas tantas cosas que nunca dejarán de ser ajenas a todo ser humano: la vida, la muerte, el amor, la libertad, la cotidianidad, los aciertos y desaciertos en la conducta humana, los conflictos que se generan en el alma, la lucha entre el ser y el existir, la esperanza vivida desde la fe, y esos sueños que a veces nos asaltan mientras dormimos, y que, sin saber cómo ni por qué, dejan abierta la puerta a un mundo que está por ser descubierto.