En el cocinero de Damasco un antropólogo de Barcelona y un cocinero sirio han establecido un diálogo con el fin de dar a conocer una particular tradición culinaria entre las muchas que conviven en el Próximo Oriente. Las recetas nunca son lo que parecen. Son un reflejo de lo que deberían ser. De ahí que la experiéncia del comer siempre sea distinta. No se trata, pues, de una cocina científica que busca la precisión de la receta sino de una cocina artesana que intenta personalizar los platos para que sean significativos en cada ocasión.