AA.VV
El aluvión del 7 y 8 de noviembre de 1926 ha sido uno de los episodios más dramático producido en las Islas. Alcanzó gran virulencia en la cara Norte de Tenerife, donde se produjeron un gran número de fallecidos. Llegando, en el total de la Isla, a superar los trescientos. En esta publicación se recoge lo que padecieron los habitantes de las Bandas del Sur. Donde ya era difícil vivir por las calamidades periódicas, casos de sequías, plagas de langosta, y el perenne aislamiento. Se anotan lo acontecido en: Adeje, Arico, Arona, Guía de Isora, Granadilla de Abona, San Miguel de Abona, Santiago del Teide y Vilaflor. En cuyos lugares desaparecieron grandes superficies de cultivo y de montes, con miles de árboles arrancados de raíz. Además se enumeran otras perdidas: barcos, ganado, viviendas o los alimentos almacenados para la subsistencia de sus moradores. Se contabilizan diversas muertes, algunas encontradas en la orilla sin conocer su procedencia.