Permanencia en Tenerife, edición a cargo del Dr. Manuel Her
nández González, rccoge los capítulos I y II del libro I, que
Alexander Von Humboldt dedica a Tenerife, en su magna
obra Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente (1814). Interesado en la exploración del continente americano, empren
de en 1779 un viaje científico en compañía del botánico fran
cés A. Bonpland. Zarpa del puerto de La Coruña a bordo de
la corbeta española Pizarro y hace escala en Tenerife el 19 de
junio de 1779 permaneciendo en la isla hasta el 25 de ese mes.
Durante su corta estadía aprovecha para herborizar, visitar el
Jardín de Aclimatación, pasar una noche en el Puerto de la
Cruz, subir al Teide con sus instrumentos, recabar datos que
servirán para desarrollar las bases de la Fitogeografía, visitar
los alrededores de La Orotava y conocer a la sociedad local.
La impresión que Tenerife causó en Humboldt se plasma en
una carta dirigida a su hermano en la que declara: «Me voy casi
con lágrimas en los ojos. Quisiera venir a vivir aquí». La visión
del Valle de La Orotava le hizo escribir a Humboldt la célebre
frase: «... confieso no haber visto en ninguna parte un cuadro
más variado, más atractivo, más armonioso en la distribución
de las masas de verdor y de rocas»>.