Mar Salcedo vive en un continuo y lacerante desasosiego. La historia de la maldición que una novia despechada lanzó a bocajarro sobre las mujeres de su familia y que tantas veces ha escuchado (desde los albores de su infancia hasta la edad adulta) ha originado en ella un inconfesable temor. Miedo que se acrecienta por el engaño del que es objeto por parte de un hombre que, de forma inesperada, se cruza en su vida, marcándola con una profunda huella. Todo ello, junto a un cúmulo de circunstancias, conduce a la protagonista por un camino de adruptas e interminables contradicciones.