La ruta, desde la bahía de La güera hasta Oualata por el desierto y su regreso por el margen izquierdo del río Senegal, transcurre en veintiocho luminosos días y otras tantas estrelladas noches, noches de esas que sólo el frío del desierto, cuando Magec se pierde tras el Teide y traspone Orchilla, puede ofrecer. Las veintiocho singuladuras se describen en otros tantos capitulos de los que van surgiendo paisajes y paisanajes, pastores de cabras y ministros, pueblos, etnias y culturas, ruidosas invasiones de moteros de gëvos ferrugientos, neovándalos teutónicos que spray en mano depredan gratuitamente la propria madre tierra, historias, poblados de cabañas disquisiciones y reflexiones políticas, y, como especia que da sabor al conjunto, un muy sutil y difuso erotismo.