Si de proposiciones matrimoniales se trata, la petición de mano de Charles Draysmith es tan romántica como los páramos en diciembre. Puede que Emma Peterson sea tan sólo la hija de un párroco y él el flamante Marqués de Knightsdale, y puede que él realmente prefiera casarse con ella solo para no tener que soportar el mercado matrimonial. Pero cuando Charles da a entender cuánto disfrutarÃa de procurarse un heredero, puesÂ… lo que una dama puede soportar tiene un lÃmiteÂ…