Cuando a Roma llegan noticias del deplorable estado en que se
encuentran las tropas que controlan las fronteras orientales del
Imperio, se decide mandar a dos centuriones experimentados para restaurar el orden en una zona de vital importancia estratégica.
Como no podía ser de otra manera, Macro y Cato son los
elegidos. Sin embargo, el caos en que se halla sumido el ejército es el menor de los problemas a los que deberán
enfrentarse. Bannus, un cabecilla local, está azuzando a los
habitantes de Judea recordando el nombre de un oscuro personaje crucificado en Jerusalén hace ya casi setenta años. La revuelta parece inminente, y Partia, uno de los tradicionales enemigos del Imperio, está dispuesto a una invasión de consecuencias imprevisibles.