Madrid no parece la misma bajo la pluma de Manuel Longares, que por algo tiene el Premio Nacional de la Crテュtica. Brilla, vive y se estremece en todos y cada uno de sus escritos. Pero lo mismo pasa con cualquier otro tema al que el autor le dedica un texto: una anテゥcdota cualquiera, el amor, la soledad, la zarzuela y, sobre todo, el juego lingテシテュstico. Porque, apartado de modas literarias y de la algarabテュa del mundo editorial, el lenguaje es esencial para Longares; como テゥl mismo dice: ツォEl principio es el verbo y el rango de una historia depende de la palabra que la construyeツサ.
Esta ediciテウn, la primera ediciテウn anotada de su obra realizada por テ]geles Encinar, recoge la gran mayorテュa de sus cuentos: todos aquellos en su dテュa publicados bajo los tテュtulos de La ciudad sentida y Extravテュos, y cuatro cuentos y tres miniaturas, hasta ahora inテゥditos y revisados para esta antologテュa por el autor. Y todos ellos destacan por conformar una realidad con vida propia, escrita con una maestrテュa difテュcil de superar. Una obra