El músico romántico Carlos Guigou (1796-1851) y el compositor y director Armando Alfonso tienen en común su origen francés y un estrecho vínculo con Tenerife, donde desarrollaron sus respectivas carreras, el primero como coordinador de la vida musical en la primera mitad del siglo XIX y el segundo como compositor y profesor del Conservatorio Superior en los últimos compases del XX. Ahora, el que fuera director de la Orquesta Sinfónica de Tenerife entre 1968 y 1985 ha dedicado un amplio y documentado estudio a la figura de Guigou, cuyo apellido sigue vivo en la sociedad tinerfeña, no así su memoria, que ha sido relegada al olvido tanto dentro como fuera de las Islas.